Historia

Desde el año 1867 miles de jóvenes de la popular barriada de Santa Catalina han recibido instrucción y educación cristiana en las aulas del colegio Virgen del Carmen. Aunque el emplazamiento actual fecha de 1885 y se encuentra situado en la calle Murillo 48, anteriormente había ocupado otros emplazamientos dentro de la misma barriada.

SUS PRIMEROS PASOS

El origen del colegio surge como iniciativa social de un grupo de ermitaños de San Honorato de Randa que, a consecuencia de su exclaustración en el siglo pasado por suprimirse las órdenes religiosas, deciden continuar dedicados a la única actividad autorizada entonces por el Estado a los religiosos: la educación o la cura de los enfermos.

Cohesionados y dirigidos por la figura del Beato Padre Palau, llegarían a formar la Congregación de los Hermanos Carmelitas, hasta que en 1923 se unen a los Carmelitas Descalzos de Cataluña. Pero si importante es conocer los orígenes de las instituciones, no menos lo es dar continuidad a las mismas, en este caso a lo largo de más de 150 años.

EVOLUCIÓN

Desde 1923 el colegio Virgen del Carmen fue dirigido por los Padres Carmelitas Descalzos, cubriendo una larga trayectoria, hasta 1988. En este año ofrecieron a la Congregación de los Hermanos de la Sagrada Familia de Belley la posibilidad de gestionar el centro escolar y ellos se dedicarían, básicamente, a las tareas parroquiales. Fue aceptada la oferta y se estableció un contrato de colaboración entre ambas congregaciones, compartiendo la titularidad del centro.

Así llegamos a 2016. Los Padres Carmelitas habían decidido cerrar el convento de Palma y trasladar la comunidad a Cataluña, de donde habían venido hace mucho tiempo. Ofrecieron entonces la titularidad y gestión única del centro escolar a la Congregación de Hermanos de la Sagrada Familia. Desde ese momento esta congregación asumió la responsabilidad haciéndose cargo por completo del Colegio Virgen del Carmen.

EDUCADORES PERSEVERANTES

En el mantenimiento del colegio a lo largo de su historia, tenemos que citar la presencia de algunos hombres eméritos que con su trabajo y dedicación han sabido mantener viva la educación cristiana en esta pequeña parcela del Arrabal de Santa Catalina. Entre ellas cabe destacar al Hermano Francisco Galiana, fundador del centro escolar, y al Hermano Juan Turmo, buenos conocedores del sistema educativo en su momento, que trasladaron el colegio a la ubicación actual. Labor insigne la que llevó a cabo el Hermano Francisco de Jesús que, ante la imposibilidad de continuar con la obra, buscó apoyo en los Padres Carmelitas Descalzos. Con la presencia del Padre Martín se dio un nuevo impulso a la obra. En la actualidad, la presencia de la comunidad religiosa de los Hermanos de la Sagrada Familia, con la colaboración de más de 50 profesores y el apoyo de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, mantiene vivo el carisma originario de sus fundadores.

ADAPTACIÓN A LAS NECESIDADES DE LOS TIEMPOS

Durante este largo periodo, muchas han sido las leyes educativas que el mencionado colegio ha tenido que asimilar. Se empezó siendo un centro de párvulos y de Educación Primaria. Desde 1960 se obtuvo el reconocimiento para impartir el Bachillerato Elemental y el Grado Superior. Por esa época se reconoció el centro como de Interés Social. Con la Ley General de Educación de 1970 se clasificó definitivamente como centro de Preescolar, EGB, BUP y COU. En la actualidad cuenta con la aprobación definitiva de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato.

Cabe destacar un esfuerzo permanente por parte de la institución titular para mejorar las instalaciones y adecuarlas a las exigencias de los tiempos actuales, así como la inversión en la formación del profesorado para adaptar la educación en el centro a las nuevas corrientes educativas.